Queridas Hermanas y Bienechores en México

Nos sentimos honrados y humildes por la generosidad que han mostrado después del terrible terremoto que azotó el norte de nuestro país. Después del terremoto, las Iglesias en Alepo crearon un comité que representa a cada Iglesia y a cada Agencia de Ayuda, estamos presentes a través de nuestro Centro Comunitario, “Centro de Esperanza” y nuestros muchos Compañeros en Misión.

Toda la ayuda se ha canalizado a través de las iglesias locales y nuestros equipos del Centro Comunitario, “Centro de Esperanza”, están en las zonas afectadas ayudando a las familias que lo han perdido todo y evaluando las necesidades a largo plazo. Además de esto, nuestras hermanas en Damasco están ayudando a las familias que han sido desplazadas y han huido a Damasco desde las áreas afectadas por el terremoto (Lattakia, Jebleh y Alepo) – para asegurar una vivienda temporal brindándoles asistencia financiera con el alquiler por un año, a otros les proporcionamos lo que necesitan en medicinas, artículos de limpieza, cobijas y ropa. Otros más necesitan ayuda con la comida. Otros requieren toda esta ayuda.

Además de este apoyo cotidiano, el trauma de vivir la devastación del terremoto hace que muchos nos soliciten acompañamiento y apoyo psicológico, esto lo estamos planificando en colaboración con especialistas. Vamos recibido la ayuda que tan generosamente han compartido con nosotros a través de nuestras Hermanas, Religiosas de Jesús-María de la Provincia México – Cuba. Les compartimos algunas fotos de la realidad en Alepo.

Como dije anteriormente, nos sentimos honrados por su respuesta a nuestras necesidades y un simple «Gracias» se siente muy inadecuado.

Por favor acepten esta carta como una expresión de nuestra sincera gratitud y respeto. Las Hermanas de Jesús y María en Siria y nuestros equipos de trabajo.